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¿Una Navidad acelerada?

Fecha de publicación

1 Dic, 2021

Categoria

Cristina Gutiérrez Lestón

Educadora Emocional, Conferenciante, Escritora y Directora de La Granja

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Vivimos tiempos convulsos, donde una 6ª ola de Covid se mezcla con un 6,5% de IPC y un precio de la luz desorbitado que sube y baja sin que nadie entienda el motivo real. Añadir una cesta de la compra que cada día está más cara y, por si no fuera suficiente, una aceleración y angustia para comprar los regalos de Navidad, no sea que con la escasez de materias primeras, nos quedemos sin los juguetes de los niños y niñas de la casa, o los regalos de la familia.

El estrés es tal, que las empresas ya han empezado a celebrar las cenas de Navidad, no sea que las restricciones nos las hagan anular. Y este año, el Black Friday ha superado todas las expectativas , captando a una buena mayoría de la población que  en las tiendas o digitalmente, se ha apresurado para tener todo lo necesario para las fiestas. Los repartidores también van acelerados porque los paquetes tienen que llegar en 12 horas, no en 24, sin que nadie sepa el motivo de tanta urgencia, y las empresas de reciclaje van a tope con las toneladas de cartón que las compras online suponen. Cuesta mucho darnos cuenta de que lo que sentimos tiene una repercusión directa en nuestro comportamiento, que acaba siendo el de todos y todas, porque acabamos repitiendo lo que hacen los que nos rodean.

Y tan ocupados estamos haciendo y haciendo (comprar, consumir y trabajar nos ocupa la mayor parte del día), que nos queda poco tiempo para “ser”.  Curiosamente, ¿os habéis dado cuenta que las personas que «son«, suelen ser las que menos “cosas” necesitan.

¿Nos hemos preguntado “para qué” tanta compra y tanta prisa? ¿Realmente, lo necesitamos? ¿Lo necesitan nuestros hijos, hijas, pareja o familiares?

Viendo la abrupta respuesta del planeta tierra a nuestro comportamiento, y después de todo lo que hemos vivido encerrados, me pregunto si estamos volviendo atrás, a ser aquellos que antes de la pandemia iban todo el día acelerados y se habían creído que los humanos éramos invulnerables.

Voto por unas Navidades tranquilas y sin prisas ni aceleración. Solo para disfrutar del momento presente, puesto que al fin y al cabo, es lo único que tenemos.

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