«Una empresa sin empatía, hoy en día, está muerta»
“Una vida de desesperación callada” dijo Thoreau en 1850. Y sí, todavía ahora lo hacen millones de personas cada día en su trabajo, vivir en silencio, su desesperación por miedo a mostrar la vulnerabilidad que sigue confundiéndose con debilidad.
El mundo se transforma a una velocidad asombrosa. Y el de las empresas y organizaciones también. Cuesta seguir el ritmo, es cierto, los viejos paradigmas sobre cómo dirigir a los equipos han caducado, ya no funcionan, lo que genera inseguridad e incertidumbre porque encima, nos siguen preparando para un mundo que ya no existe. Veo cómo las personas, más que nunca, desean seguir a nuevos líderes, alguien que dé sentido a su trabajo con un propósito que sea mayor que uno mismo. Ha llegado la necesidad, el anhelo inconsciente y consciente de hacer cosas de forma distinta. Empieza la era de poder Ser, también mientras trabajas. Y la supuesta seguridad que daban las tradicionales costumbres del liderazgo, se han roto en mil pedazos como una delicada copa de vidrio. Y ahora, ¿cómo lo haremos para que esto funcione?, se preguntan unos y otros, ya que cambiar las creencias y la manera de hacer las cosas es difícil si no nos preparan.
«Empieza la era de poder Ser, también mientras trabajas»
Y buscando alternativas, surge el llamado Liderazgo Femenino, que ya tiene bastante literatura, estudios y evidencias (Eagly, Adler, Cuadrado, Osses…). Entendamos primero que este liderazgo no es una cuestión de género, sino de estilo, de formas de actuar y de pensar. En mi opinión, del Liderazgo Femenino se convierte en el Liderazgo Humano, que es el consciente, el empático, lo que busca el sentido, lo humilde, lo que no tiene la necesidad de marcar territorio ni miedo a mostrar su vulnerabilidad. La mayoría de autores señalan que el liderazgo masculino está más orientado a las tareas y objetivos, y el femenino a las personas, lo que las capacita para percibir y comprender lo que sienten los demás, permitiendo activar la voluntad de ayuda cuando sea necesario , aspecto éste imprescindible, la empatía, como animales sociales que somos, ya que necesitamos trabajar en equipo y estar cohesionados para sobrevivir como especie (y también para sobrevivir como empresas). Y es que una empresa sin empatía, hoy en día, está muerta.
«El Liderazgo Femenino no es una cuestión de género, sino de estilo, de maneras de actuar»
¿Por qué? Entendamos primero el origen de las empresas. La primera organización que existió fue el ejército, eminentemente masculina y con un liderazgo militar-mercenario con obediencia ciega. Debemos saber también que, durante siglos, de manera sistemática, intencionada y planificada los gobiernos educaban a los hombres para que no sintieran empatía, ya que los necesitaban para la guerra y no podían permitir que sintieran el dolor del enemigo (R.Bisquerra ). Éste fue el primer modelo, y por tanto el que las primeras organizaciones replicaron. Un referente que ha llegado hasta nuestros días, donde a menudo lo importante es el poder, el dinero y ganar al precio que sea. Los negocios se veían y todavía se ven como una serie de batallas con las que lidiar, un lugar donde se luchó ya sufrir si es necesario, y donde se sigue utilizando el lenguaje militar (estrategia, guerra de precios, salpicadero, jerarquía …).
“Durante siglos, los hombres han sido educados intencionadamente para no sentir empatía”
Cuando las primeras mujeres empezaron a dirigir empresas, para encajar, debían ser más fuertes que el más fuerte y más listas que el más listo. Actualmente, muchas grandes empresas todavía buscan mujeres tiburones para seguir haciendo lo que siempre se ha hecho, mantener el estilo de Liderazgo Masculino, el orientado a los objetivos. En EE.UU., por ejemplo, el 70% de las nuevas organizaciones están dirigidas por féminas y el 40% son propiedad de una de ellas, pero sólo el 3,6% de las grandes empresas están lideradas por una mujer.
El siglo XXI ha llegado con un drástico cambio de paradigma, acelerado por una pandemia, la evidencia de un cambio climático, una guerra en Europa y varias crisis que han cuestionado las consagradas normas establecidas. El aumento del reclamo de los Valores Humanos dentro del mundo empresarial es una evidencia que se alinea plenamente con un tipo de Liderazgo, el Femenino, el que está orientado a las personas, donde ganar no está por encima del bienestar, la cooperación, empatía o honestidad. Toda una revolución después de cientos de años de tradición haciendo lo contrario!!!
«Ha aumentado el reclamo de los valores humanos dentro del mundo empresarial»
Como Educadora Emocional en el mundo de las organizaciones, veo cómo el Liderazgo Femenino y Humano gusta porque es lo que empodera, cohesiona y genera compromiso y resiliencia. Es, en definitiva, lo que hace fuertes a las empresas. Estos líderes suelen ser personas humildes que saben lo que es haber oído alguna vez que “no valen lo suficiente” o que “nunca son suficientes”, y lo perciben en los demás siendo capaces de calmarlo.
«El Liderazgo Humano hace fuertes a las empresas»
Son los o las líderes orientadas a estar cerca, a ser responsables buscando alternativas, a levantarse cuando caen porque no pueden permitirse quedarse en el suelo, tienen otras responsabilidades, hijos, hijas, abuelos o personas que necesitan que se los atienda después de la jornada laboral.
Son las personas que lideran en horizontal porque no temen no estar por encima. Y sí, es también un liderazgo más emocional, porque no niegan lo que sienten, prefieren entenderlo y dejar que las emociones intuyan lo que está pasando a su alrededor, convirtiéndolas en sus mejores aliadas.
Es el Liderazgo que tiene una mirada 360, con unos ojos en la nuca y una atención plena, que apuesta por el compromiso social y la generosidad, no conformándose sólo en ganar, también quieren que el mundo que les rodea sea mejor. Y esto las convierte en las personas que hacen fuertes las estructuras de las organizaciones.
Y llegados a este punto, hablemos de lo más importante. Liderazgo Femenino y Masculino se complementan. Son como un puente, el femenino lo construye sólido, fuerte, encajando bien las prendas. El masculino logra el objetivo, que pasen muchos coches por encima. Uno y otro se necesitan. Pero recordemos siempre que la estructura es la base del puente, y si no está bien cohesionada, el puente caería por muchos coches que pasaran.
“Lideratge Femení i Masculí són com un pont, i es complementen i necessiten”
El lideratge HUMÀ és el del S-XXI, el que neix del femení i acull els aspectes que sumen del masculí.I és el que avui dia funciona perquè permet que et sentis bé mentre treballes. Hem d’entendre que si la forma en què guanyem els diners fereix, els equips senten que aquests diners valen ben poc, i l’organització acabarà desapareixent perquè actualment ja ningú vol treballar així.
Ara, el talent busca treballar a un lloc que no faci mal, sense toxicitat, on puguinsentir-se dignes de si mateixos, i si pot ser, créixer com a professionals i com a persones. Aquest ha de ser el sentit d’un treball, perquè si no, el treball deixa de tenir sentit.
“El lideratge Humà és el del S-XXI, el que neix del femení i acull els aspectes que sumen del masculí”
La por al Lideratge Humà està desapareixent perquè ja hi ha mostra empírica de grans empreses i Startups que funcionen més i millor que les tradicionals. No ens quedem enrere, no siguem caducs, i revolucionem la manera de dirigir. Al cap i a la fi, tots i totes només som una cosa; humans tractant de dirigir, servir, ajudar o educar a altres humans. ¿Per què tenir por a la nostra essència?
Cristina Gutiérrez Lestón
Educadora Emocional, escritora e investigadora en el campo de la Educación Emocional Aplicada
CEO de La Granja Ability Training Center
Premio Wegate Magna en la “Mujer emprendedora de Europa 2022” de la Comisión Económica y Social Europea